domingo, 22 de julio de 2012

S de Sena.

Y un día de verano, de esos en los que estás aburrido, de esos en los que no sabes que hacer, de esos que desearías que no existiera , dices: "Creo que voy a echar un vistazo a esas fotos que tantos instantes mágicos guardan. Me apetece revivirlo." o de repente estás viendo la tele y aparece uno de esos programas tan típicos del verano sobre playas increíbles o ciudades de película. Y justo al inicio, bien del álbum o bien del documental, aparece en letras mayúsculas y negrita: "PARÍS". ¡Ostras, si ahí he estado yo! Pues claro que lo has hecho. Y entonces, la misma inmensa sonrisa que tenías al bajar del bus, allí frente a la Nôtre Dame, al sentir el olor del mejor monumento de la ciudad de la luz, ¿cómo se llamaba? ¡Ah, sí! el Sena, con sus algas y sus 24 puentes, vuelve a adornar tus labios. Abres el álbum, primera imagen, ¡cómo no! La torre Eiffel. Indispensable. El monumento más famoso del universo según dicen. Innegablemente precioso, pero en mi opinión, no el mejor. Ains, ¡qué recuerdos! Y tan solo acabo de empezar. Segunda página, el arco de triunfo. Tan grande y tan inmenso, con tantas batallas ganadas.. Tercera página. Los Campos elisios y el obelisco. La avenida más conocida del mundo entero. Cuarta página. Arco de Marte, el Luvre y su pirámide. ¡Jo, cuantísimos recuerdos! Me encantaría poder volver y disfrutar de todo aquello que la inconsciencia no me dejaba disfrutar. Última página: última imagen. Allí está. Lo mejor de París. El lugar por el que navegaba ese crucero que tantas risas pudo observar. El monumento, quizás, menos reconocido de París, pero sin duda el más emblemático y único.


  


 


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