viernes, 28 de septiembre de 2012

Maybe.

Puede que un día por fin te des cuenta. Puede que un día me mires y por fin comprendas que soy lo que necesitas. Puede que lo hayas hecho, pero que no quieras admitirlo. Puede que un día estemos sentados los dos, en un banco, abrazados bajo el caer de las hojas del otoño, observando a la gente que pasea junto con su indiferencia y nos pongamos a imaginar como serán esos indiferentes: si tendrán la suerte de tener a alguien que les de un beso al llegar a casa, si estarán enamorados, cual será su estación favorita y por qué... ese tipo de cosas relacionadas con la "felicidad". Puede que un día, de esos calurosos al inicio de Octubre, estemos tumbados bajo el sol en la playa; no me refiero a la de Santander, ni la de Benidorm, ni la de Cádiz,  sino a la del Pisuerga: puede que no sea la más grande, ni la más bonita, puede que ni siquiera sea una playa, pero si estamos juntos una brisa puede convertirse en un huracán ¿no crees? Puede que un día busques mi mirada entre la gente o puede que sepas distinguir mis labios de entre las demás. Imagínatelo por un instantes, ¿a que no estaría mal?


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