martes, 21 de agosto de 2012

So, now say good-bay.

¿Qué nos ha pasado? Eramos como uña y carne, como dos piezas que encajaban (casi) a la perfección; un perro y un gato que se entendían, dos brisas que rompen a la vez. Nada invencible, pero quizá sí con una pequeña muralla. Y sin ningún ataque, sin más, con tan solo un soplido se ha derrumbado. Puede que sea culpa nuestra, que en vez de empezar a reconstruirla de cero, sembramos más destrucción entre los escombros, que ardieron bajo un fuego rápido y tenaz. Esa compenetración que un día hubo sea ha ido y solo hay cenizas de un lugar en él que hubo llamas. Ahora solo quedan los pequeños restos del ayer que son llevados por el viento poco a poco.
Pero lo peor es que no me importa, de hecho ¿qué más da? No a ocurrido nada que no sé viera venir. Todas cuerdas se rompen, y a esta cuerda, parece haberle llegado la hora.

No hay comentarios: