viernes, 17 de agosto de 2012

Preciosa imperfección.

Una y otra vez la misma historia. Una y otra vez la misma canción. Parecemos discos rayados. Siempre el mismo rollo. Siempre la misma puta superficialidad. Somos como juguetes defectuosos fabricados en la misma empresa: quizá un poco más grandes, quizá un poco más pequeños, pero al fin de al cabo clones. Algunos más llamativos, otros menos, pero todos, clones que siguen el mismo patrón. 
Somos seres imperfectos. Seres que lloran de dolor y de alegría. Seres que se arrepienten. Seres que cometen errores y que no saben volver atrás. Somos... imperfectos; así, sin más. Aunque supongo que esa capacidad para tropezarnos mil veces y levantarnos mil y una es la que nos hace únicos, increíbles tal vez.




No hay comentarios: