miércoles, 21 de marzo de 2012

Aquel 18 de Abril.

Querida princesa: 
Todavía recuerdo esa noche. Sí, si, esa noche en la que me perdí entre tus sábanas y me derretí en tus labios. ¿A qué ya te acuerdas? Cómo olvidarlo... Jamás olvidaré esa sonrisa que lucía tu boca, tan intensa, tan radiante, tan tuya... ¿Sabes lo qué daría por volver a sentirte? TODO, y puede que no tenga mucho, pero no puedo darte nada más. Mis mejores recuerdos se concentran en aquella noche. Tantos inolvidables recuerdos se crearon ese 18 de Abril que sería incapaz de escribirlos en unos simples folios. Antes de tu llegada mi corazón latía desbocado, sin control ni ganas de latir más despacio. Cuando el timbre sonó casi me da un infarto: Esa forma de llamar tan peculiar pero que solamente tú sabes como hacer que suene bien. Cuando por fin pude reaccionar, fui rápidamente a abrir la puerta. Lo primero que sentí fue tu aroma melocotón. Inconfundible. Dulce. Mágico. Tuyo. Después mis ojos empezaron a recorrer tu cuerpo. Desde abajo, y despacito, fijándome en todos los detalles. Para empezar, esos taconazos que sabes que me excitan un montón. Esas infinitas piernas que me tienes loco perdido. Ese vestido floreado que cubre tus curvas perfectas. Ese escote que, aunque no deja ver mucho, me deja tonto. Tu sonrisa indescriptible, de la que ya he dicho todo. Y atención, que ahora viene lo mejor: Tu mirada. Irrepetible. Preciosa. Capaz de hundir barcos y atraer a cualquier marinero. Sí, esa mirada que en ese preciso instante se cruzó con la mía. Que me dijo tantas cosas, sin necesidad de murmurar una sola palabra. Después, me besaste con tanta ternura como delicadeza. ¿Y sabes? Creo que ese beso, hizo que me enamorara de ti, muchísimo más de lo que estaba, no sabes cuanto... Nada más atravesar mi puerta, mi cabeza se vació, sólo era capaz de mirarte, sentirte, escucharte... Así que mi carta concluye aquí, pero antes de terminar. Quiero recordarte tres cositas que no se te tienen que olvidar. ¿Me lo prometes? La primera, TE AMO, y nadie puede imaginarse cuantisísimo. La segunda, TENGO GANAS DE TI. Y la tercera, NUNCA JAMÁS NADIE VA A QUERERTE TANTO COMO YO. Lo entiendes ¿Verdad? Claro, tu inteligencia es tan amplia como tu belleza. Te quiero.


Tu príncipe azul.

No hay comentarios: