Caminando por la vida, sin pausa pero sin prisa.

Nos hemos acostumbrado a correr, a tener prisa, a ir rápido... sin ni siquiera fijarnos un poco en el mundo que gira a nuestro alrededor. ¿Ves a esa chica rubia que está escuchando música? Fíjate. Sus pies caminan sin rumbo y su mirada esta perdida en sus pensamientos. Su rostro refleja tristeza. Tal vez un desengaño o una amiga perdida. ¿Y ves a aquella pareja de allí? Sí, sí, esa que siente como se detiene el tiempo mientras se besan. Pues puede que mañana se casen o puede que estén planeando un viaje a París. Mírale a él. Guapo, ¿eh? ¿Ves sus ojos? Esta enamorado. Esta completamente seguro de que ella es el amor de su vida. Fíjate en ella. Pintalabios, coqueta y un poquito prepotente. Pero en realidad es una buena persona, y le quiere, daría cualquier cosa por pasar un instante a su lado. ¡Hey! Mira esos niños que juegan al pilla-pilla mientras no paran de reír. ¿Les tienes envidia? Claro que sí, a todos nos gustaría volver a una época en que el mayor de tus problemas era que se acabará el chocolate y la mayor de tus preocupaciones era que no vinieran los reyes magos por Navidad.

Y como dice el refrán, las prisas no son buenas; mucho mejor ir despacito, disfrutando a sorbitos cada irrepetible momento de nuestra felicidad.