Toda regla tiene su excepción, y como casi siempre, la excepción soy yo. Salgo a la calle. Nadie se anima a recorrer esta oscura noche sin luna. Voy al pequeño parque cercano al lugar al que suelo llamar hogar y me siento en un pequeño bordillo que separa el cemento de la arena. - ¡Feliz 2012! - Me digo a mi misma. Es Nochevieja y estoy sola, sin nadie que me diga que bien me queda el vestido que llevo ni que me susurre lo mucho que quiere pasar este nuevo año a mi lado. La oscuridad la rompe los primero fuegos artificiales. A lo lejos se oye el ruido de los petardos y, y... ¡Ya basta! No voy a pasar este año llorando por las esquinas. ¡Voy a salir a la calle y voy a demostrar quien soy yo! No voy a pasar un solo día más sin mostrar al mundo mi sonrisa, voy a bailar bajo la lluvia, voy a correr en manga corta en pleno Enero, voy a tirar confeti por las calles de mi barrio ¡Voy a ser feliz!
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